Cuando la Comisión creada para preparar los Actos Conmemorativos del 50 Aniversario de la Facultad comenzó a reunirse mediado el año 2004, se encariñó con la idea de publicar este libro, que pretende ser la historia de la Facultad contada por sus protagonistas: los alumnos, los decanos, una representación del personal de administración y servicios, los colegiados en el Colegio Vasco de Economistas…
Pronto comenzamos a contactar con compañeros de distintas promociones de licenciados a los que pedimos que recordaran para todos nosotros su época de estudiantes. Queríamos ofrecer las opiniones y los recuerdos de alumnos que hubieran logrado en su vida profesional un reconocido prestigio en campos tan propios de nuestros estudios como es el mundo de la empresa, e incluso el de la docencia de Economía, pero también, por aquello de que un economista puede ser útil para otros menesteres en la política y la cultura, campos en los que tenemos muy ilustres representantes.
Todos hablan con mucho cariño de su etapa universitaria, tienen buen recuerdo de profesores y compañeros, pero sobre todo la mayoría recuerda sus ansias de cambiar el mundo, particularmente durante las difíciles décadas de los 60 y 70. La Facultad fue abanderada en los movimientos de protesta estudiantil, en muchas ocasiones reprimidos de forma contundente. La lucha política contra la dictadura no impidió que nuestros estudiantes crearan verdaderos focos de cultura en una época que ofrecía muy pocos alicientes para ello. El entusiasmo de muchos se plasmó en la creación de revistas tan valiosas, incluso contempladas más de treinta años después como fueron «Facultad» y «Sarriko», en representaciones teatrales de autores comprometidos, en lecturas poéticas, en incursiones en el cine…
La visión de los estudiantes se complementa con la versión de los decanos que a lo largo de estos cincuenta años han dirigido el desarrollo de nuestra facultad. Ellos hablan de los muchos logros que se han ido consiguiendo, pero también de las dificultades. Hablan de carencias materiales, de dificultades para llevar a la práctica los proyectos que llevaron al decanato, pero en ningún caso falta de entusiasmo, pese a la precariedad con la que muchas veces debieron trabajar decanos y profesores.